domingo, 14 de febrero de 2010

La importancia de tener ombligo. Una rectificación necesaria.

Dicen que el ombligo, esa extraña cicatriz que resulta del corte del cordón umbilical que une a la madre con el recién nacido, una vez cumplida su finalidad, no sirve para absolutamente nada más en la vida, concepto que se hace eco de los dichos del poeta francés Charles Budelaire, quien preconizaba que el ombligo “en realidad, es un hueco sin sentido y sin función, residuo anatómico de la unión con la madre. Delicioso y misterioso”.

Esta aventurada aseveración, que en la praxis resulta ser una verdad a medias, no solo me incomoda sino que me parece totalmente injusta. Todo ello desde el punto de vista que hay otras presas o particularidades de nuestro cuerpo que ni siquiera tienen una función definida. Estoy pensando en las tetillas y pezones del hombre y en ese apéndice al final de nuestra columna vertebral que insinúa ser un rabo frustrado que quizás alguna vez existió en el homo sapiens. ¿Un arrepentimiento del Hacedor, para darnos órganos mamarios y cola? ¿Un eslabón perdido en la fase evolutiva..?

Me incomoda, porque el cordón umbilical, durante la permanencia del feto en el vientre materno, juega un papel preponderante en la gestación de un nuevo individuo, al ser el vínculo que nos liga a la especie humana representada por nuestra progenitora. No hay que olvidar que el feto no respira ni tiene hambre y que es el cordón umbilical el nexo por medio del cual recibe los nutrientes. En verdad el cordón es la conexión entre la placenta y el bebé y dado que la placenta está en íntimo contacto con la madre, es entonces el nexo indirecto entre el bebé y su madre. Y que es allí, en ese mundo sostenido por este cordón que termina siendo ombligo, que después se corta y se bota, donde se desarrolla el misterio del despegue de una nueva vida, de un ser que en pocos meses estructura su cerebro, sexo, órganos y funciones en el interior del cuerpo materno.

Y es injusto que este cordón umbilical tan generoso, dador de vida y vehículo propagador de la raza humana, termine su función en un nudo de tripa no siempre primoroso, también llamado Pupo, palabra nada elegante que no le hace justicia ni pondera el vital servicio, que el a veces llamado despectivamente ombligo, presta a la raza humana.


Buscando algunas aplicaciones para lo que resulta útil en la actualidad, me encontré con que algunos sujetos, para mayor comodidad personal, en un balneario por ejemplo, o haciendo el amor, aprovechan la concavidad natural que se presenta en esta zona al estar acostados, para colocar allí la fruta de estación que les sirve de postre, como uvas, guindas, frutillas etc., que según me han contado, sirve incluso para iniciar algunos jueguitos eróticos más extremos.

Otros, más inclinados al arte, gustan de tatuarse figurillas picarescas, piercing y otros colgajos, quizás en la idea de ser divertidos o de parecer más sensuales, o quizás simplemente, como a mi me ocurre, en un afán de demostrar que este botoncito que nos acompaña a los humanos de por vida, ya que se dice que los extraterrestres no podrían lucirlo, sirve admirablemente para algunas prácticas o costumbres de la modernidad.


A este respecto hay que decir que desde antiguo se ha considerado al ombligo una especie de fetiche erótico siendo para muchos parecido al órgano sexual femenino.
Tanto es así que en la Obra Las Mil y Una Noches, uno de los primeros libros eróticos en salir a la luz pública, hay frecuentes menciones al respecto, Una de ellas le adjudica la cualidad “de recipiente que contiene poderosos aromas afrodisíacos..”
En el relato de la 184 noche, la hermosa Budur le dice al joven Karamalzaman: “He aquí mi ombligo, que gusta de la caricia delicada, ven a disfrutar de él….".
La biblia también recoge en El Cantar de los Cantares, capítulo 7, versículo 7:2 la frase del Rey Salomón que dice: “Tu ombligo es un ánfora redonda donde no falta vino"… "Un aspecto algo más serio de la actual importancia que tiene el ombligo está relacionado con la incesante búsqueda médica de minimizar la magnitud de las incisiones en el caso de las operaciones. La idea siempre ha sido no dejar grandes cicatrices quirúrgicas que luego precisan otra cirugía correctiva para borrarse. El último paso en este sentido es realizar estas operaciones a través del ombligo como único puerto, de forma que la cicatriz queda camuflada en la huella umbilical. Esta técnica se llama cirugía laparoscópica y está siendo aplicada cada vez con mayor éxito desde los ochenta y ha sido exitosamente probada en casos de colecistectomías, apendicectomías, esplenectomías y también neumotórax espontáneo.


El ombligo en tanto símbolo, se incrusta en mitologías y religiones. Las culturas azteca y maya enraízan sus fuentes en esta simbólica: el nombre México deriva de metzli, la luna y de xictli, ombligo; México sería el lugar del ombligo de la luna.
Omphalos es una palabra griega que significa «ombligo». Un bello mito de la antigüedad nos cuenta que hace mucho tiempo, en algún momento que se pierde en la memoria de los dioses, Zeus y Atenea se enzarzaron en una discusión sobre cuál era el auténtico centro del mundo. Atenea aseguraba que estaba en Atenas, su ciudad favorita, pero Zeus no estaba conforme, así que para zanjar la discusión decidió soltar dos águilas, cada una de ellas desde uno de los confines de la tierra. Tras un largo vuelo, las aves se cruzaron sobre la ladera del monte Parnaso, justo donde hoy se encuentra Delfos. Allí, en el interior del templo de Apolo, se custodió durante siglos una piedra cónica –un omphalos u ombligo–, que marcaba el centro del mundo y que para algunos autores pudo haber tenido un origen meteorítico, lo que explicaría que se considerara una pieza sobrenatural desde tiempos prehistóricos. Hoy el ónfalos original se ha perdido, pero en el Museo del Santuario se conserva una copia de época helenística.

Se dice que a partir de esa piedra Ónfalo, surgió una divinidad griega adicional a las ya existentes, que se llamó Onfalia, nombre que significa “mujer que tiene un hermoso ombligo", quien fue reina de Libia.

Hércules, como era costumbre entre los héroes, reyes y guerreros, visitó al oráculo de Delfos, quién le ordenó pasar tres años como esclavo de la reina. Onfalia, que era viuda se enamoró de Hércules y sus amores se recuerdan entre

los más famosos de la mitología, en particular porque hubo allí una extraña situación. Ella empezó a vestir el ropaje de Hércules, una piel del león de Nemea, despojo obtenido por el héroe en su primer trabajo y usaba la maza de Hércules que era terror de los hombres y azote de los animales feroces, por mientras Hércules permanecía en sus aposentos y llevaba una vida afeminada. Vestido de mujer, con los más exquisitos trajes de la reina y con su larga cabellera delicadamente trenzada por sus esclavas, dedicaba casi todo su tiempo a…hilar

Para los griegos, el ombligo debía estar en el centro exacto entre el pecho y los genitales y éste era considerado como el centro del cuerpo, de la vida, de la existencia, del universo, dándole un gran significado y valor. No obstante Grecia no es el único país que se ha adjudicado este honor. En Chile la Isla de Pascua, Rapa Nui o Te-Pito-Te-Henúa, significa “el ombligo del mundo” en lenguaje polinesio.
Cuzco ,("QosQo"), que en quechua, significa ombligo, es como llamaron los Incas a esta extraordinaria ciudad, al querer significar que Cuzco era el ombligo o centro del mundo. Está ubicada, al sur del Perú, en pleno corazón de la sierra de los Andes, en el Departamento de Cuzco y en la provincia homónima.

Lo que no se puede negar es que la palabra ombligo suena evocativamente y es una voz consagrada y reconocida en cualquier idioma del mundo siendo ampliamente utilizada en todo tipo de tópicos, sean filosóficos, metafísicos, metafóricos o religiosos, lo que significa que su utilidad didáctica existe, tiene presencia en el mundo cibernético y que sin este vocablo el lenguaje perdería una rica veta que entrega precisión académica para catalogar hechos puntuales.

Uno de los acertijos más antiguos y discutidos de la humanidad es sin duda esclarecer si de acuerdo a la teoría creacionista Adán y Eva tuvieron ombligo. La discusión no es menor y su data es tan antigua como el Génesis mismo porque la existencia o inexistencia del ombligo en estos protagonistas bíblicos, es la inflexión de quiebre entre la teoría de la evolución y de aquellos fundamentalistas que creen que el mundo se hizo en seis días y que la fecha de su creación no supera los seis mil años.

Si Adán y su compañera de la leyenda bíblica, fueron efectivamente las primeras criaturas humanas hechas por el creador, tal cual creen literalmente algunos, no podían tener ombligo. Tampoco fueron cien por ciento perfectos ya que no descendían de un padrón humano, pues a ninguno de los dos se les habría cortado el cordón umbilical y lógicamente sus abdómenes serían completamente lisos.

Si por el contrario nacieron con ombligo, ello implica necesariamente que su nacimiento fue fruto de un parto y que hubo antes que ellos más humanos.
Lo mismo pasa con Dios, ya que si nos atenemos a lo expresado en la Biblia, Adán y Eva fueron hechos a imagen y semejanza de Dios. Por lo tanto si la pareja primigenia tenía ombligo Dios también lo tenía.
Ese fue el dilema que enfrentaron los artistas que debieron pintar la creación y que como Miguel Angel lo hizo en la Capilla Sixtina, decidieron representarlos con su respectivo Pupo. Ningún Papa, autoridad eclesiástica ni intelectual católico objetó el ombligo de Adán o Eva, por lo que se puede inferir que ellos también pensaban que Dios ostentaba en su sagrada barriga este nudillo indicador de sucesivos ancestros.
La pregunta que se hace necesario contestar entonces, es que si Dios efectivamente tiene ombligo, ¿quiénes fueron sus padres? o más bien, ¿quién creó a Dios..?
Desde luego nada de estas deducciones ha penetrado en el cerebro de los creacionistas que siguen pensando que el primer humano que tuvo ombligo fue Caín y que ni Dios ni Adán y Eva, sus criaturas primigenias lo tuvieron…
Lo mismo ocurre con el Jardín del Edén. Allí había plantas, árboles y otros animales, pero cualquier zoólogo puede explicar que ellos también necesitaron cientos y quizás miles o millones de años para tener huesos, dientes, pezuñas y toda clase de otros órganos que señalan la evidencia de un crecimiento anterior. Los colmillos del elefante revelan las etapas de su crecimiento. Lo mismo ocurre con los anillos anuales de los árboles, la caparazón de las tortugas, los bivalvos del mar. Todos nacieron de una especie. La vaca fue primero un embrión y toda planta antes fue semilla.
Si le creemos al Génesis, habría que aceptar que el mundo fue creado en seis días y que su antigüedad es de solo seis mil años.

Esto se contradice brutalmente con la información científica disponible en este sentido que dice que: "La datación radiométrica ha permitido a los científicos calcular la edad de la Tierra en 4.650 millones de años. Aunque las piedras más antiguas de la Tierra datadas de esta forma, no tienen más de 4.000 millones de años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ha ocurrido al mismo tiempo, unos 150 millones de años después de formarse la Tierra y el Sistema Solar".

Otra muestra del impacto que el vocablo ombligo causa en las gentes, es establecer que esta denominación se entrega también a los más grandes agujeros, naturales o artificiales que existen en la corteza terrestre.

Así ocurre con la mina de diamantes de Mirna en la Siberia oriental rusa, considerado el agujero más grande y profundo del planeta, que tiene un diámetro de 1.250 metros y 540 metros de profundidad.
Es además, la mina de diamantes a cielo abierto más grande del mundo y es una de las pocas construcciones humanas que puede ser fotografiada por los satélites.
La mina fue construida en la década de los 50 y solo puede procesar un quilate de diamante cada diez toneladas de tierra que se extrae.
Un dato curioso es que está prohibido que la sobrevuelen aviones o helicópteros ya que la succión que produce ha hecho caer varios helicópteros dentro de su cráter.
En la última fotografía, se muestra el tipo de camiones usados en las tareas de extracción, que son los más grandes del mundo. Miden 13,36 mts. De largo- 7,78 mts. de altura y 6,6 m de ancho, pero como muestra la flecha roja dentro del cráter en la fotografía 1, solo se distingue como un punto insignificante.

Este “ombligo del mundo”, esta impresionantemente cerca de la ciudad del mismo nombre donde la mayoría de los 2.700 habitantes de la ciudad trabajan en el yacimiento.



Un aspecto más. La sangre del cordón umbilical (SCU) al igual que la médula ósea es rica en células madre. Las células madre son células maestras capaces de crear los componentes principales de la sangre humana y del sistema inmunológico (de defensa) del cuerpo.
El descubrimiento de que la sangre de cordón umbilical contiene grandes cantidades de células madre, lo que lo convierte en un proveedor líder de pruebas de paternidad, ha hecho que éstas puedan ser utilizadas para el tratamiento de enfermedades hematológicas y de tipo genético.
Hasta hace algunos años, el uso de las células madre estaba limitado a los trasplantes, sin embargo el reciente descubrimiento del potencial de estas células de convertirse en otro tipo de células (del corazón, córnea, tejido nervioso, del hígado, riñones, páncreas, etc.) ha abierto el camino a las investigaciones para el tratamiento de otro tipo de enfermedades.

Hoy la medicina ha dado un paso gigantesco para buscar solución a enfermedades consideradas irreversibles gracias a esta característica del cordón umbilical, de donde el ombligo es el último vestigio. Enfermedades malignas como las leucemias, el linfoma de tipo no- Hodgkin´s y Mieloma múltiple pueden ahora tratarse con el uso de estas células madres. Ello supone que en el futuro hay esperanza para los cánceres, tumores del cerebro, Melanoma, Diabetes, SIDA, Artritis reumatoide, Alzheimer, Esclerosis múltiple, Lupus eritematoso severo y Regeneración de tejidos ( cardíaco, hepático, pancreático nervioso y de córnea).
Que nadie diga ahora que nuestro querido Ombligo y el fantástico cordón umbilical hasta ayer inútiles y desechables, no sirven para absolutamente nada.

1 comentario:

Candidatos Consejo dijo...

Quiero felicitarte por este gran blog, la verdad llegue a este por casualidad, pero he leído varios artículos y me han parecido muy interesantes, espero sigas así.

Un abrazo.